De esos días extraños en los que el compromiso
se hizo extraño.
Al menos ajeno
o aburridor.
La lluvia siempre ahí
acompañando estas palabras.
Siempre musa.
Esa constante pero periódica goteada voz.
Todo, por obvias y claras razones
más lento.
Ya es de noche.
Lo que debí hacer
es un recuerdo.
Aunque me aturde el alma
en forma de lamento
y cada vez develo
que día a día ya viene siendo
mucho lo que me miento.