viernes, 7 de octubre de 2022

Conexión

Antes de entrar en materia, un elogio a una producción reciente, resultado de un medellinense y un cartagenero: Unos dicen que es un baile del que no se vuelve. Al cartagenero le concedo la calidad en su versar; ni qué decir de la finura de tema que le hizo la nea. El de Cartacho dice que es más de otorgar que de merecer. Pues bien, se merece mi elogio, ¡mostro!

Escribo desde una cama que da vista a la calle. Lo que imagino, a ratos pesa más que lo que hago. Pero no me voy a tirar duro. Donde me muevo, mis predicciones no son tan alejadas de lo que termina aconteciendo.

Hay una vaina que nunca he podido ponerle la lógica en terminos racionales. Pero a ratos sucedía (aún sucede, pero no tanto) que recordaba una película de antaño, vieja, que no circulaba en la programación del prestador del servicio de TV cable del momento y a los pocos días, dicha película era transmitida en algún canal. No obstante, pienso en esto e inmediatamente asocio todo este fenómeno con una película que no he vuelto a ver, por más que pienso en ella. Debe ser que el tal talento especial: ¡nanai cucas! La película es protagonizada por Jeremy Piven, se titula "PCU" y hay un personaje menos que secundario que no habla y se mantiene tirado en un sofá y tiene como proyecto de tesis volver a ver una escena o película específica. Pienso en esta película y en esta escena, porque lo que me pasa es una exageración de dicho cuadro. Yo sentía que al muy poco tiempo de rememorar la película, la veía en algún canal de televisión. Siempre lo he dejado al nivel de una extraña casualidad. ¿Pero es que tantas veces? Lo curioso es que me ha sucedido con películas muy rebuscadas.

¡Y qué hijueputas si esto es trivial? Del anecodatrio de cosas que ustedes, visitantes frecuentes o no, han leído en este blog de la inconstancia, es quizás esto que relato de lo más descriptivo que he podido escribir. Es un hecho que carece de basamento científico y quizá es, como ya lo dijo, pura (y muy repetida) coincidencia.

Las buenas líricas, diría yo, son las que relatan porciones del día a día, de la vida. Nada de urbano en lo relatado. De pronto lo que espero es que en algún momento alguien lea esto y diga: "¡¿Cómo?! ¡No solo me pasa a mí".

Creo que de esto se trata todo: conexiones.

sábado, 9 de julio de 2022

Reporte de un pasatiempo

 ¿Cómo que no es posible hacer maromas con el tiempo?


Por ejemplo: tenga el reloj de su escogencia, digamos, 7 minutos adelantado. Viva 7 minutos adelante, pero sepa que todo el mundo va 7 minutos antes.

Suena trivial y lo es. Pero piénselo bien. Por ejemplo: según mi reloj adelantado voy tarde a una cita, pero en realidad y al hacerlo consciente, voy a tiempo. He viajado a un momento en que no estoy incumpliendo. Hay, por dónde lo miro, un viaje en el tiempo.

Hasta aquí esta idiotez, que cuando la pensé, sonó genial.

lunes, 18 de abril de 2022

Porque he pensado mucho en vos...

 ¡Jueputa! Así, mentándola, porque no le chocaban las groserías. ¡Jueputa! Siempre te tuve, Luz.


Aceptar lo recibido. Eso no significa quedarse con lo recibido. Solo aceptar lo que se recibe por defecto y lo que se recibe por lo hecho.

Con esa claridad.
Le conocí cierta rigidez
Dificultad a cierta flexibilidad
Usabas gonorrea solo como insulto cuando el otro comprometía tu felicidad
Que en últimas era una búsqueda de serenidad
De que todo fluyera con absoluta naturalidad.

Cada quién como sea, pero que no joda. Perfecto: nadie. Se arregla lo arreglable.
Cada quien va como puede, pero no tengo que matar a nadie. Nadie sabe pa quien trabaja
No olvide eso, calidá.

Su política: Tenga amistades por todo lado. No trate a conocidos como cualquiera, pero cualquiera siempre es digno del mejor trato.
Obvio van a haber malentendidos
Ahí es dónde siempre se mide mucho.
Demasiado.

Gracias, abuela.