miércoles, 26 de septiembre de 2018

De la malparidez

Soy una mala persona
mis acciones me lo dicen.
Lloro un día por el dolor causado
y al siguiente hiero a un ser amado.
La desdicha que causo no ha de ser poca
cuando respondo feo por el desespero que me provoca
la interrupción de una supuesta tranquilidad
que no alcanzo.

Tengo un problema y lo sé
como sé también que nunca supe nada.
Tan solo hoy entra
en el dominio de lo sabido
que en el frontis de mi ser
yace un malparido.

jueves, 20 de septiembre de 2018

Mi silencio

El día es perfecto.
Lleno mi silencio con lo que quiero.
Puede ser el sonido de la lluvia
que tanto me recuerda a Nueva York.
No sé el por qué
solo lo sé.

Puede ser con música
de la más amplia variedad.
Muchas veces es con voces 
de inseguridad
Mensajes en mi mente que me limitan
y hacen sentir todo esto
como palabras sueltas
sin asidero serio
sin posibilidades reales.

Otras veces es con voces alentadoras
cuyos ánimos me permiten escribir
para así poder discurrir
entre aquello que ya no fui
y con todo lo que puede hacer parte
de la posibilidad de existir.

Yo con mis silencios
mis silencios conmigo.
Extraña combinación esa 
de llenar con sonidos 
aquello que debe permanecer 
enmudecido.
El silencio es creador
y precisa cierto ardor.
Por eso el sonido 
y su candor
hacen de mi silencio 
por siempre 
un clamor.
¡Un grito por la vida!
Para lo que será
con lo que soy

y narrador de cómo voy.

miércoles, 19 de septiembre de 2018

A mis 32 años (escribía)

Por medio del otro uno contempla: 
Lo que no fue
lo que no será
y lo que se puede hacer.

Ya son más para dividir:
Hasta el día de hoy sonrisas 
como tristezas por redimir.
Empieza a rodar la película
no hay trailer pa esta vuelta.
Despiertas de la somnolencia
Que sin duda hasta hoy 
ha marcado tu existencia.

Nada es gratis y ya eso lo sabías;
crecer fue un mal chiste
para quien disfrutaba los días.
Madrugabas si querías
el diario era explorar,
de niño las cosas parecían 
que siempre iban a durar.
Luego llega eso de dudar
¡Viva la puta adolescencia!
En ella determinas 
parte de tu esencia.

Así conocí el rap de frente
me salió acné en la frente
pensar en lo malo era recurrente
y era raro que eso pasara 
en el pelao con “don de gente”.

Puede que haya talento en algo de esto
como puede que mis versos sean feos 
como el incesto.
No hay nada en su-puesto.
Valen más unos senadores
que montones de profesores.
Por eso la alegría alimenta
un país de soñadores. 

Unos se la ganan a lo bien 
y otros con patecabras.
Pero yo en lo mío y cada quien 
en lo suyo.
Sigo intentando un mejor futuro:
primero, propio;
segundo, con los cercanos
y tercero, lo más ajeno.
Me empeño por no ser cualquiera
pero tampoco el primero.
Cada quien hace su relación
con el Amo: dinero.

lunes, 3 de septiembre de 2018

Sobre lo que escribo

¡Aprecio mi locura!
Estas notas hablan de ella.
No sé decir si la amo
ya que no sé si a ella me dedique.
El miedo inunda mi visión
y eres tú, escritura, 
aquella acción difusa
en un horizonte 
que llamo porvenir.

Esto que escribo son mis palabras a través de un personaje que no soy capaz de nombrar... quizá de inventar. Sé que para dar lugar a una buena narrativa debo fusionar algo imaginario con la realidad que me rodea. ¡Dejemos de filosofar! Se entiende claramente a qué realidad me refiero. No se entienda la aclaración como pura frivolidad, pues discusiones y conversaciones del tipo "filosóficas" me deleitan enormemente, pero a ningún buen puerto me han acercado –acaso por fugaces momentos en la corriente del río Tempo

Pero sin desviarme del asunto, es aquél personaje el que escribe o al que escriben. Esa es la trama que siempre trato de plasmar, pues no soy quien escribe, es el personaje el que desea hablar a través de mi supuesta capacidad para escribir. Tal vez sea yo siempre el (anti)héroe de esta epopeya, pero siempre con afán de darle nombre a una historia a través de un personaje, pues toda historia es Historia cuando el personaje es bien definido y su vida cobra un sentido dentro de la trama. 

¡Qué curioso! Es en este preciso instante que me urge plantear mi ridiculum vitae como mecanismo de presentación para este yo que sigue encubriéndose en palabrerías. 

Quede dicho y consignado, 
que cualquier desdichado que de ahora en adelante miente,

no es más que una faceta de los enredos de mi mente.