martes, 6 de noviembre de 2018

Al D.T que es Nadie

El siguiente es un ejercicio que hice el sábado, 3 de noviembre del año en curso. Involucra aquello que Jorge Valdano define como la cosa más importante, de las cosas menos importantes: el fútbol.

Empata el Friburgo al Bayern en el minuto 88. Así termina el partido. Un doloroso 1:1 para Kovac, DT del equipo de Münich, de ascendencia bosnioherzegovina, nacido en la Alemania del lado capitalista del muro y aún así, croata. Al fútbol lo veo como un escenario invadido de historias con Historia. Justo en este preciso instante, Niko Kovac debe estar tramitando alguna emoción como cualquier simple mortal lo ha hecho; asumo.

Uno más que entra a ese juego que me planteo en mis soliloquios mentales. Otro ex jugador que deviene DT no inicia del todo bien en su oportunidad de dirigir un camerino de equipo grande de Europa. Seguramente se emiten juicios en una junta directiva compuesta por ex jugadores y personas adineradas que representan los intereses de Adidas AG, Audi AG y Allianz SE. Todo esto bajo la no tan fantasiosa rigurosidad alemana. Ya sé... No cualquiera puede con esa presión; el adagio hecho sintagma --o viceversa-- es la antítesis a la posición que sostengo en mis vericuetos mentales. Yo me atrevo a decir que cualquiera podría con esa presión y no precisamente debe ser alguien que haya estado en un camerino de esos, como jugador profesional. Hago la siguiente salvedad: Sí creo que es imprescindible que ese alguien sea un amante del fútbol y hasta me atrevería a decir, se le podrían exigir tres condiciones más: 1) que alguna vez haya pateado un balón y ame, por lo tanto, jugar al fútbol; 2) que siga a algún equipo por efecto emocional de una historia de vida y 3) que haya acompañado a ese equipo en el Estadio, como mínimo, durante cuatro temporadas.

No obstante, la tendencia mundial es la de creer que para ser jugador profesional, se tiene que ser talentoso, aún cuando sobran ejemplos que contrarían esa creencia. Que para ser DT, se tendría que haber sido jugador profesional y talentoso, cuando también sobran ejemplos de humanos endiosados que nada superlativo han logrado en la línea punteada que se dibuja al lado del rectángulo más popular del globo. Diría que para ambas carreras, los ya tan naturalizados privilegios están al orden del día, los cuales se ven fortalecidos por el contexto social, cultural y político que sirvan de marco para el fenómeno del fútbol.

Hoy, los equipos considerados como grandes de Europa, y algunos casos en Sur América, se cree que solo los pueden dirigir ex jugadores destacados (tipo Zidane o Gallardo), pero parece obviarse los logros de directores técnicos como Jürgen Klopp. ¿Un ex delantero/defensa central destacado en su paso por la Bundesliga? Según las estadísticas, el promedio de gol de Klopp fue de 0,15 goles en 340 partidos como profesional. No es muy alto para un delantero/defensa central (!). Tampoco defendió la camiseta de la selección alemana. No obstante, el Liverpool  ha resurgido con un plantel sin súper estrellas con alto impacto en el comercio exageradamente neo-liberal del fútbol. Que ha valorizado a sus jugadores no se cuestiona, si queremos hablar esa jerga empresarial. No creo que Salah hubiera obtenido tantos votos nulos en las más recientes elecciones egipicias, si no hubiese caído en este Liverpool. ¡Listo! Perdió contra Zidane y no culpemos a Karius (¿lo recuerdan?). Pero, ¿se discute que es un gran DT sin ser un ex jugador legendario? No lo pondría en duda.

Valoro más al hombre o mujer que ha hecho una apuesta seria, responsable y advertida del (in)mundillo hacia el cual se abalanza conscientemente. Se me hacen más heroicas ese tipo de historias y creo que faltan más relatos sobre directores técnicos que no fueron jugadores profesionales, pero destacan en su formación como DT, para lograr que varias personas encuentren cómo, entre todos, se pueden lograr objetivos sublimes, que abren posibilidades hacia la eternidad. Puede ser que alguien así convoque más.

La siguiente escena se me presenta como un delirio:

El que "no ha ganado nada", "se gana" a esos semidioses que creen han ganado todo. Se "los gana" con palabras que invitan a cerrar los ojos y recordar lo más vívidamente posible todas esas copas en las que participaron, las cuales "nadie valoraba", y que ganadas o no, ahí están donde están: ganándose la vida jugando.

¡Viva el fútbol!


miércoles, 3 de octubre de 2018

Circular sur 302 de diciembre

De esos días extraños en los que el compromiso
se hizo extraño.
Al menos ajeno 
o aburridor.

La lluvia siempre ahí
acompañando estas palabras.
Siempre musa.
Esa constante pero periódica goteada voz.

Todo, por obvias y claras razones 
más lento.
Ya es de noche.
Lo que debí hacer 
es un recuerdo.
Aunque me aturde el alma
en forma de lamento
y cada vez develo
que día a día ya viene siendo 
mucho lo que me miento.

miércoles, 26 de septiembre de 2018

De la malparidez

Soy una mala persona
mis acciones me lo dicen.
Lloro un día por el dolor causado
y al siguiente hiero a un ser amado.
La desdicha que causo no ha de ser poca
cuando respondo feo por el desespero que me provoca
la interrupción de una supuesta tranquilidad
que no alcanzo.

Tengo un problema y lo sé
como sé también que nunca supe nada.
Tan solo hoy entra
en el dominio de lo sabido
que en el frontis de mi ser
yace un malparido.

jueves, 20 de septiembre de 2018

Mi silencio

El día es perfecto.
Lleno mi silencio con lo que quiero.
Puede ser el sonido de la lluvia
que tanto me recuerda a Nueva York.
No sé el por qué
solo lo sé.

Puede ser con música
de la más amplia variedad.
Muchas veces es con voces 
de inseguridad
Mensajes en mi mente que me limitan
y hacen sentir todo esto
como palabras sueltas
sin asidero serio
sin posibilidades reales.

Otras veces es con voces alentadoras
cuyos ánimos me permiten escribir
para así poder discurrir
entre aquello que ya no fui
y con todo lo que puede hacer parte
de la posibilidad de existir.

Yo con mis silencios
mis silencios conmigo.
Extraña combinación esa 
de llenar con sonidos 
aquello que debe permanecer 
enmudecido.
El silencio es creador
y precisa cierto ardor.
Por eso el sonido 
y su candor
hacen de mi silencio 
por siempre 
un clamor.
¡Un grito por la vida!
Para lo que será
con lo que soy

y narrador de cómo voy.

miércoles, 19 de septiembre de 2018

A mis 32 años (escribía)

Por medio del otro uno contempla: 
Lo que no fue
lo que no será
y lo que se puede hacer.

Ya son más para dividir:
Hasta el día de hoy sonrisas 
como tristezas por redimir.
Empieza a rodar la película
no hay trailer pa esta vuelta.
Despiertas de la somnolencia
Que sin duda hasta hoy 
ha marcado tu existencia.

Nada es gratis y ya eso lo sabías;
crecer fue un mal chiste
para quien disfrutaba los días.
Madrugabas si querías
el diario era explorar,
de niño las cosas parecían 
que siempre iban a durar.
Luego llega eso de dudar
¡Viva la puta adolescencia!
En ella determinas 
parte de tu esencia.

Así conocí el rap de frente
me salió acné en la frente
pensar en lo malo era recurrente
y era raro que eso pasara 
en el pelao con “don de gente”.

Puede que haya talento en algo de esto
como puede que mis versos sean feos 
como el incesto.
No hay nada en su-puesto.
Valen más unos senadores
que montones de profesores.
Por eso la alegría alimenta
un país de soñadores. 

Unos se la ganan a lo bien 
y otros con patecabras.
Pero yo en lo mío y cada quien 
en lo suyo.
Sigo intentando un mejor futuro:
primero, propio;
segundo, con los cercanos
y tercero, lo más ajeno.
Me empeño por no ser cualquiera
pero tampoco el primero.
Cada quien hace su relación
con el Amo: dinero.

lunes, 3 de septiembre de 2018

Sobre lo que escribo

¡Aprecio mi locura!
Estas notas hablan de ella.
No sé decir si la amo
ya que no sé si a ella me dedique.
El miedo inunda mi visión
y eres tú, escritura, 
aquella acción difusa
en un horizonte 
que llamo porvenir.

Esto que escribo son mis palabras a través de un personaje que no soy capaz de nombrar... quizá de inventar. Sé que para dar lugar a una buena narrativa debo fusionar algo imaginario con la realidad que me rodea. ¡Dejemos de filosofar! Se entiende claramente a qué realidad me refiero. No se entienda la aclaración como pura frivolidad, pues discusiones y conversaciones del tipo "filosóficas" me deleitan enormemente, pero a ningún buen puerto me han acercado –acaso por fugaces momentos en la corriente del río Tempo

Pero sin desviarme del asunto, es aquél personaje el que escribe o al que escriben. Esa es la trama que siempre trato de plasmar, pues no soy quien escribe, es el personaje el que desea hablar a través de mi supuesta capacidad para escribir. Tal vez sea yo siempre el (anti)héroe de esta epopeya, pero siempre con afán de darle nombre a una historia a través de un personaje, pues toda historia es Historia cuando el personaje es bien definido y su vida cobra un sentido dentro de la trama. 

¡Qué curioso! Es en este preciso instante que me urge plantear mi ridiculum vitae como mecanismo de presentación para este yo que sigue encubriéndose en palabrerías. 

Quede dicho y consignado, 
que cualquier desdichado que de ahora en adelante miente,

no es más que una faceta de los enredos de mi mente.

martes, 28 de agosto de 2018

Se cansa uno

¿Acaso nadie se puede cansar? Yo me canso de muchas cosas. Tal vez es algo que tiene que ver con mi inercia hacia la inconstancia o puede que sencillamente sea cansancio. ¿De qué me canso? De muchas cosas: leer, escribir, trabajar... No entremos en lo profundo, porque eso cansa también.

Siempre intento que esto no sea una suerte de diario, pero me canso de ver que sigue pareciendo eso. ¿Cómo hago para salir de eso? Debo arriesgar nuevos estilos en mi escritura. Pero eso me cansa: la sola idea de que me debo instruir un poco mejor para darle un correcto desarrollo a mi deseo de escribir. A veces no quisiera pensar como pienso; me cansa el querer entender las cosas. Me cansa querer ser correcto.

Siempre he entendido que uno se debe al menos ilustrar un poco, antes de aventurarse en cualquier empresa. Vuelvo y digo hasta el cansancio: ya esa forma de pensar me cansa. ¿Muy cansón con todo esto? Probablemente. Hasta me ando cansando de mi interlocutor imaginario; incluso me canso por él o ella. 

La comodidad del pensamiento crítico llega a ser cansona porque la praxis se ve afectada. Me cansa el saber que en mi vocación hay una máxima que al día de hoy defiendo: no puedo estar en Paz si quiero construir Paz. ¡Es una sarta de mierda! Muchas personas no son para nada dignas de un buen trato, pues no tienen la deferencia con uno. ¿Por qué debo yo dar el ejemplo? Yo sé que después voy a contrariar esto que digo, pero me cansaría mucho el no poder, al menos, expresarlo. Algo he aprendido en eso de guardarme lo que pienso, pero la forma de expresarlo llega a ser algo que me genera cansancio. 

Ya me está cansando que éste computador no reconozca la palabra cansón. Ya estoy cansado de conjugarla de muchas formas. 

En las ciencias sociales, los que trabajamos para y con ellas, somos cansones. Ya ahí dije mucho. Aunque siendo honesto, pueden llegar a parecerme doblemente cansones los de las ciencias duras. La productividad cansa. Lo exacto cansa. Ser útil al sistema cansa. El orden de las cosas cansa. 

Para el cansancio, un buen descanso. Para descansar de los que mantienen este país hecho una mierda, debemos levantarnos todos –sin armas– y hasta el cansancio decirles: “¡Ni mierda! ¡Ni puta mierda! ¡O esto se nivela o se nivela!”

Ya quisiera yo que quienes estamos cansados, nos uniéramos. ¿Será que nos cansa la idea de unirnos o estamos ya tan cansados que ni para unirnos nos alcanza? Pasa y acontece que cada vez veo que unos y otros nos cansamos de la alteridad, de esa otredad que transita en el espacio y en el tiempo. ¿Cuándo nos cansaremos de no reconocer y respetar a las demás personas? 

Si la familia es supuestamente la base de todo lo social, la cosa va mal porque muchos nos cansamos hasta de la familia a ratos, otros se cansan de ella por un muy buen rato. Otros fingen no cansarse de sus familias. Otros se cansaron de no tener familia. 


Pero como vamos, vamos bien. Repitamos eso hasta el cansancio y tal vez todo cambie. Nunca había escrito algo tan iluso. Me cansé.

lunes, 27 de agosto de 2018

Digamos que palabras sueltas

El “mal genio” se instala cuando de cambios se trata. Eso es algo que se convierte en un Real. Es algo que siempre sucede, que parece no despegarse. Acaso se logra mitigar el impacto del mismo con aquellas personas que sean cercanas. De estos asuntos hay que encargarse. Tal vez queda la satisfacción de estar poniendo en marcha un plan donde la meta es la independencia laboral, aunque puede ser mejor decir la independencia ante un empleo, porque lo perseguido es algo que implica cierta labor, pero de la cual el dueño sea uno mismo. Hasta acá lo anecdótico. 

Cuando escribo lo hago bajo esta creencia: lo que se dice, puede o no tener conexión con todo lo que vivido. En apariencia, no parecen haber puntos de convergencia, pero el hecho de ser escrito por una persona atravesada por lo social hace que esto no pueda ser considerado como un ejercicio donde pululan palabras sueltas, sin sentido o inconexas. 

Algo de histrionismo hay en esto de escribir, así sea solo bajo el supuesto de que es para sí mismo. Me parece un ejercicio delirante y el delirio es un intento de cura. Creo que esta hipótesis es aún vigente; es de gustos teóricos no aceptarla quizá. Digamos que el esposo de Martha Bernays algo logró entrever a través de ideas y ensayos clínicos estadísticamente poco significativos (guiño a los arrogantes del quantum), que se entrelazaban, quizá, en sesiones de meditabundo tabaquismo.  

Rodeado por personas comprometidas con la palabra-escrita para ser dicha. Debo aprovechar eso a mi favor. Todo día es una oportunidad y todo reto es aquel que usted percibe como diatriba para lograr lo deseado. Es verdad que el reto siempre es con uno mismo. Es su posición frente al sistema  -lo que esto genera en términos emocionales- lo que no se escapa a la aventura solitaria que describo. Solo cuando uno replantea las posibilidades de lo realizable en éste mundo es que comprende que la respuesta siempre ha estado en uno. Sí es un asunto de voluntad. Sí es una cuestión de fuerza. Nada de malo tiene que uno quiera un poco de justicia para sí-mismo, pues el mundo con sus leyes y dinámicas es poco amable con la potencialidad que cada quien posee para lograr un tránsito digno por ese camino llamado vida. 

Yo no creo en la lucha, aunque todo indica que eso es a lo que uno está llamado. Hay artes marciales que se valen del impulso o fuerza del oponente para doblegarlo. El asunto se vuelve complejo cuando se percibe el statu quo, el sistema e incluso el devenir mundano como algo que hace oposición. Las personas que se interponen como representantes de todo esto no son en sí el adversario. Todo se reduce a una idea, a una concepción o a una cosmovisión. Contra eso es que aún me debato, pero sostengo mi tranquilidad como baluarte o máxima a no perder, o bien puede ser que esa tranquilidad es lo que busco, porque aún está perdida. La ilusión puede radicar en suponer que la tranquilidad es un estado que se obtiene y jamás deja de estar presente a partir del momento en que se la logra. 

No obstante, “cuándo desapareció mi tranquilidad” es la pregunta.

The lyrics just spewed, he got good reviews
The kid made the news, how he left no clues
On how he just murdalized the whole damn jam
He just got results that's smiles and waved hands
The mission could never be accomplished, however
Until we bounce to an island with hot weather
And still we'll be able to rock and rip crowds
While other emcees say nuthin' and talk loud
While other emcees say nuthin' and talk loud
If you with the Tribe, chest out and be proud


Q-Tip (ATCQ) en Money Maker, track 17 de The Love Movement.

jueves, 23 de agosto de 2018

No sé si voy en la mitad

Quizá sea un mal título, lo sé.
De estas palabras no me escapo
Con ellas surco paisajes ya descritos
en descripciones de otros
Que desde siempre lo han hecho mejor que todos.
¿Cuántos caben en ese todos?
Al menos nos arriesgamos.

Sentado estaba oyendo a otros leernos sus poemas, sus palabras, sus locuras, sus preguntas, sus respuestas y sus ideas. Me preguntaba sobre cómo oigo las cosas. También se me atravesaba en la mente (en lo que me atrevo a llamar así) que apenas ahora es que le encuentro algo de sentido a eso de la poesía. No me creo poeta, pero porqué no intentarlo, al menos en términos de escribir. Lo sé... no soy poeta. Pero tengo mucho para decir.

Estas palabras -las que sé y las que desconozco- transitan por mis días y atraviesan mis pensamientos. Esto bien puede ser llamado un síntoma de locura, un brote psicótico. Bien puede serlo y aún así, hay un sentido.

Ya leo otras cosas. Ya siento que leo. Algunos dirán que “apenas es” la época en la vida; que es la edad para considerar eso. La verdad, no sé. Pero ahí vamos.

Si bien no ha menguado el impulso productivo que enferma y angustia, cada vez logro pensar un poco más sobre mí y mis intereses... Quizás mis necesidades. De hecho, he sentido cierta facilidad para desenvolverme en el mundo. Cuando se empiezan a aceptar gustos minúsculos, pero que uno siente que le tranquilizan, es cuando parece ser que la libertad se asoma. No necesito de una desconexión total de las leyes y las lógicas que rigen este sistema de cosas que inundan la vida. Solo necesito considerar todo y reducirlo a una nada que siempre resultará de nuestras ínfimas acciones en este universo tan incierto en posibilidades y probabilidades. 

Yo he asumido cierto indeterminismo voluntarioso. Nada está asegurado, pero algo debo hacer. El justo equilibrio podría decirse. Me doy el gusto de escribirme para animarme a escribir. Puede ser eso una forma de mimarse. Yo mismo debo persistir en esta ejercitación de la escritura, con el fiel compromiso de revisarme y dejar que sea revisado por otras personas más valientes --y versadas-- en trasegar el indeterminado camino de las letras, las palabras, la experticia en crear imágenes mentales y cierta perentoriedad por comunicarse. Bien puede ser que en la escritura uno dé cuenta de su interlocución diaria con otras personas. Pero quisiera insistir en que escribir es un ejercicio que debe pasar por uno primero, sin negar la oportunidad de que otros, quien sea, conozca en qué anda uno. 

[Hay mucho de estrategia pro salud mental en esto, lo sé. Cinco años de estudio (y otros actos que no considerarían positivos) en la facultad de psicología, hacen lo propio].

Hoy ha sido un día comprensivo
Me decido cada vez más a crear oportunidades 
Volver a ver al niño sorprendido
Cuando leyó correctamente uno de los romances
Y entendió (sobre) qué le hablaban
Que se maravillaba de su propia capacidad
Para empezar a cabalgar 
Sobre el idioma que dirigía a Rocinante
Y deliraba con gigantes.


No fue mi primer idioma el español. Creo que he podido ser claro en algún texto anterior. 

Todo se calma. Ya las palabras no brotan igual. Debe ser que admito mi banalidad. Puede ser que vaya en la mitad. Yo sé que esto termina al punto final.

miércoles, 22 de agosto de 2018

Traducción de O.S.O.M. - Jay Rock (ft. J. Cole & SiR)

Hoy les quiero compartir una traducción que he realizado a la canción OSOM, canción del último álbum de Jay Rock llamado Redemption, la cual hace junto a J. Cole y SiR.

Me basé en las líricas transcritas por el sitio web Genius, que en mi opinión es de lo más responsable en la materia. Honestamente esto de traducir canciones de rap no es lo más idóneo, pues se pierde toda la musicalidad de los versos y por obvias razones, las rimas no salen. Traté de ser lo menos literal posible y busqué la forma para que se puedan asimilar ciertos modismos que usan ambos raperos, de la mejor manera posible. No obstante, encontrarán que hay una línea que no supe como traducir y en ello ofrezco excusas. También hago algunas anotaciones entre corchetes y en algunas ocasiones, altero la estructura en que está transcrita en Genius, para que se pueda dar una ilación más sencilla.

Por último, en algunas líneas omito traducir la polémica N word, pero en otras, se hace necesario incluirla, pues brinda cierto contexto diferencial a lo que se expresa.

No siendo más...

[Coro: SiR y Jay Rock]

Sin visión, demencial, me siento como
si me quedara sin tiempo, sin visión (sin visión)
Demencial, me siento como
si me quedara sin tiempo, sin visión (sin visión)
Demencial, sin visión (sin visión)
Demencial, sin visión (sin visión)
Demencial, viviendo la vida
como si me quedara sin tiempo.

[Verso 1: Jay Rock]

A veces uno siente como que nadie es real como
Johnny McKinzie.
Si pudiera fingir, no me sentiría bien.
Compré un Dodge Magnum
Me acaban de contratar, todos en mi línea.
Quieren saber los impuestos, si Rock tiene mansión.
Treinta mil para mi madre.
El barrio está encendido:
Perras, botellas, drogas y todas esas cosas
Por atención, ilusiones altas y captan mi engaño
Ofendidos por las notas de cuando perdí mi suerte
Las cosas cambian, las personas cambian, los negros cambian
Las perras cambian. Amigo o enemigo, tal o cual, escoja un carril.
Lil’ Wayne ya en mi sencillo
Comiéndome putas, como si estuviera soltero
Los gatillos ya cerca de mis dedos
Pero al enfriarse el sello [disquero], todos eligieron
Me dicen que soy un no-creyente ahora.
Un delito es en lo único que puedo pensar.
Los autos se los lleva la grúa
Las cuentas se acumulan
Mi perra me dejó
Me fumé mi último
Estoy drogado y sin sueño
Rezo para que una bolsa llegue
Pueda ser que agarre una
Pueda ser que estalle a uno de ustedes
Porque no tengo qué perder
Pero tengo estas victorias por ganar
Y no me siento cómodo.
Una cosa que he aprendido en todos estos años
Es bloquear a los demonios de mis oídos
Porque los cuentos de hadas no terminan bien
Cuando la fama y la fortuna no están aquí.
Todo el mundo…

[Coro]

[Verso 2: J. Cole]

Prometazina en el tetero del bebé
Meditación sobre dólares diarios
Últimamente mis problemas provienen de mi perra 
Porque sabe que aún me acuesto con la madre de mi bebé
Entonces por eso hay drama en casa.
Debo hallar una salida
Esperando un enchufe como un puto toma corriente
A la mierda, apagaré mi celular
Fantasías de agarrar el calor [arma] y quemarme la nariz, ¡blaow!
Tal vez no lo sepan pero estoy un poco bajoneado
Y tal vez necesite Zoloft
Pero por ahora, estas Xannies [Xanax] servirán
Escucha el sonido. Un maniaco depresivo
Que no ha sido prescrito, ¿qué puede él hacer?
De todas formas
Mijo, cuando lo tienes, pon mucha atención
En aquellos que se amigan contigo (se amigan contigo)
Esos serán quienes te envidiarán (te envidiarán)
Soñando vívidamente en terminarte (terminarte)
Pero cuando estés abajo, no tienden hacia ti (no tienden)
Actuando como desconocidos cuando se encuentran contigo (se encuentran contigo)
Comiéndose tu perra tratando de sentirse como tú (sentirse como tú)
Este es el mensaje que te envío a ti.  

[Puente: J. Cole]

Mira ambos lados antes de traicionarme, te advierto (mira ambos lados)
Mira ambos lados antes de traicionarme, te advierto
Mira ambos lados antes de traicionarme, te advierto
Mira ambos lados porque si me traicionas, te mato.

[Coro]

[Verso 3: Jay Rock]

Rasgando y corriendo salvajemente
Mi madre me dice: “Cálmate un poco”, yo no la oigo
Todos mis delitos en archivo
Sorbiendo licor hasta arruinar mi hígado
Mi socio acabó de perder el juicio
Este sistema te atenderá cuando estás llegando a él
¿Cómo podrías calmarte?
Porque apenas bajas tu guardia, hay una pistola ahí
Un especial de vuelta G, es un Buick
Soy culpable pero dije que no lo hice
La presión daña tubos como en balacera
Nunca he traído un cuchillo a una
Ya terminé de pasar por ello y pasé por ello
Todo el rah-rah es que estoy en alza
En vez de música y entrevistas
Podría ser un negro muerto en una visita
¿Podrías fijar la mirada en mis ojos?
Estoy rodeado por un montón de ciegos
Sin visión y demenciales
Pero ustedes no me pueden verme a mí pagando fettucine de pollo
Y desearía que un negro pudiera
Cuando voy en este Lamborghini
Top back in the bity [ni idea]
El techo abajo en el Bentley
Top Dawg en el mapa
Nos son familiares tus maneras, nosotros ni necesitamos una app
Perdón, pero tengo que preguntar
Diriges el trap o solo diriges tu trampa
Corro con impulso homicida, lo estoy dirigiendo
Cruzando la línea final
Espero que valgas más que tu Rolex cuando te quedes sin tiempo.

[Coro y Fin]

¿Piden conciencia? No.
That´s part of the trap.

domingo, 19 de agosto de 2018

Versos con esfuerzo

No es un riesgo, 
es una osadía.
No tengo talento, 
pero hablaré del día a día.
Oigo temas y pierde Argentina.
No olvidemos que cualquiera 
puede corrernos la cortina.

Es un mundo competitivo
demasiado agresivo.
Sería hasta mejor 
uno más lascivo.

Desde un lugar pasivo me activo.
Con estas justas rimas por un momento olvido
que de acá no salgo vivo.
Que los persuasivos se confunden
con los que llaman vivos.
Que no ven la seriedad
de tratar al disruptivo.

Abusé del “ivo” como acá abusan del IVA.
Bienvenidos al país que se alimenta de alegría.
Venga hablemos de la cena que dan falsos mecenas,
manteniendo una escena que parece una condena.
El amarillo es el oro que por un mar se llevaron
valiendo mierda tanta sangre que 
a la par se ha derramado.

No tengo idea si esto se hace así.
Son versos con esfuerzo que mi mente plasma aquí.
Da risa pensar lo que me puedan decir.
Por eso sigo en lo mío y muchas gracias por oír.

Reservo mis versos
para momentos como estos
donde el RAP es la música
que sí oyen los genios.
Ha de ser por eso 
que me importa un culo 
darme a conocer 
por mi lado más oscuro
y cada vez me digo: 
“de esto no sabés”.
Pero un diamante fino 
es bruto 
alguna una vez.

Me salen versos con esfuerzo.
Si los vuelvo a maldecir
y a repetir,
tal vez vuelvan a salir.
Si algo ha de surgir,
que sea lo que sea,
pero que sirva pa seguir.

martes, 14 de agosto de 2018

¿Paz?

[29-06-2016 - Medellín]

A veces la inspiración llega o no. Pero en algunas ocasiones, esta aparece como una suave brisa en pleno día caluroso que pasa rápidamente por todo el cuerpo, pero no resulta siendo lo esperado ante el exasperante clima. Así es la inspiración que surge en este escrito. 

Plebiscito el domingo. Todo se reduce a dos palabras en el papel. Todo depende de la relación de cada uno con esas dos palabras de dos letras que con una escalofriante simpleza determinan lo trabajado en más o menos cuatro años y plasmado en 297 páginas. No soy de los que cree que con refrendar un acuerdo llegará la Paz. Para que esta la podamos nombrar, falta mucho. Demasiado.

He estado contemplando la inercia humana, de nuevo, bajo otro marco. La incapacidad médica temporal con la que he sido beneficiado (!) permite reflexiones y soliloquios mentales en los que todo análisis, en mi caso, se enfoca en darle sentido a eso de la productividad. ¡Soy una triste y fastidiosa víctima del neo-liberalismo! Pero cada vez me doy cuenta que no me instalo tanto en la queja, así todas estas líneas sean sus brochazos. Tengo un empleo, título de posgrado (acá una especialización lo es) y adecuadas habilidades sociales. Soy alguien del común. No soy como usted, pero somos parecidos. Casi parecemos tuercas, ¿no?

Todo puede estar conectado. Es una posibilidad, pero soy muy perezoso en eso de ponerme a verificar lo meticuloso que puede ser dicho descubrimiento. Soy más amigo de una metodología donde cierta asociación libre puede desentrañar las extrañas conexiones que pueden haber entre todo lo que me circunda. Lo curioso es que lo que me rodea (en el sentido más amplio posible), es en parte un punto de conexión con las demás personas. Que todos coincidamos en las mismas concatenaciones no es necesario, pero es bien posible que las cosas sobre las que pensamos sean las mismas. Cómo percibimos las cosas y cómo nos relacionamos con ellas es otro asunto. Lo interesante es que si usted va conmigo hasta acá, es porque nos interesa pensar sobre algunas vainas, eso sí: ruego porque hayan discrepancias en la forma de abordar las cosas en común pensadas.

Reconciliación. ¿Han pensado en eso? Muchos a favor de la Paz, pero con conflictos interpersonales sin muertos o vulneraciones a los derechos de cada parte involucrada, y así nos llenamos la boca con eso del “acuerdo final”, entendiendo que mucho de lo que se juega allí es precisamente qué tanto somos capaces de reconciliarnos con un grupo grande de personas que por X o Y motivo, se alzaron en armas e hicieron daños irreparables en cuanto que una vida no se puede devolver. Si las élites de este país y por encima de todo, la mayoría de las víctimas están construyendo el camino de reconciliación (aparentemente), ¿por qué nos cuestan tanto los problemas, rencillas y rencores que tenemos, por ejemplo, con amigos del pasado que cierta cagada hicieron? 


[Esto es lo que alcanzaba a pensar a causa de un dedo herido por darle una patada al suelo en vez de al balón. Al otro día volvería a mis labores de aquél entonces, lo que suponía que mi mente daría paso a otro tema que a posteriori sería conectado y tendrá probablemente alguna relación con todo. Ya expliqué mi suerte de metodología para dar cuenta de las conexiones entre todo lo que adorna mi transito por este pálido punto azul].

sábado, 11 de agosto de 2018

Como hablando-les

Por ahí leí que J.L. Borges sugería que era mejor escribir como si le estuviese hablando a alguien, de una manera cercana, sin tanta palabrería elegante. No obstante, hasta él intentó refutar "el eterno retorno" nietzscheano, con todo lo que eso puede suponer. Por lo pronto, haré el intento en esta ocasión, de seguir la sugerencia del que quizá puede nombrarse como el ciego más célebre de Argentina. ¿De qué voy a hablar? De eso que se puede nombrar como disciplina.

Se supone que todos estos escritos son parte de un ejercicio que me he planteado, poniendo a prueba mi disciplina. La disciplina, según entiendo, es una especie de cualidad con la que se daría una habituación de ciertas conductas que podrían influir en el fortalecimiento de una supuesta o ya comprobada habilidad. Yo, tal vez ilusamente, considero que poseo una habilidad para escribir, como también tuve la suposición que servía para ciertos deportes (uno en especial) y fue la falta de disciplina --es mi juicio a día de hoy-- lo que logró que ahora sufra de cierta nostalgia por “el tiempo perdido”. 

Con los empleos hasta ahora conseguidos (y perdidos), he estado en la tarea de mejorar mi disposición hacia el orden y planeación del trabajo. Esto implica otro ejercicio de disciplina de distinta índole que bien podría nombrarse como de tipo epistémico-práctico: hacer todo un mapeo mental del porqué se ha asumido la tranquilidad como sinónimo casi cercano de la improvisación y la flexibilidad como excusa de cierta quietud. 

No me es suficiente decir que el campo de mi accionar profesional da lugar a que la improvisación y la bella creatividad tengan que ser una herramienta de la más alta utilidad. Creo que cierta planeación esquemática puede dar lugar a que la atención a lo emergente sea un poco menos traumática. No digo que al día de hoy haya cometido un grave error, pero no puedo desconocer que en mis revisiones he entendido que hubo ocasiones en donde pude actuar de otra forma, quizá "mejor". Aunque insisto: no han sido graves errores. 

Tampoco es suficiente con decir que por lo impredecible de aquello con lo que trabajo es que la flexibilidad es válida. Lo es, siempre y cuando sirva de alternativa o haga parte del plan que ya se tiene estructurado. A una gimnasta le puede ser muy útil la flexibilidad para su desempeño como tal, pero es esta una destreza que ese cuerpo ha desarrollado. Es un medio para, no EL medio. Lastimosamente me he escudado mucho detrás de ella y esto, creo, ha sido algo que he debido cambiar mucho más temprano. 

[Es en este párrafo que caigo en cuenta de que he dedicado todo un escrito para un ejercicio pendejo, mal hecho y que comunica nada más y nada menos que las güevonadas de un tipo que sigue luchando por hacer algo productivo, por llenar el alma con su profesión, por demostrarse que no es el exacto reflejo de su familia y por plantearse algún día que la disciplina siempre fue importante; de allí los resultados. Me visualizo]. 


Sí, Nas. Es un buen ejemplo (The world is yours). 

Aunque siento que en mi caso no tengo un referente claro frente a las destrezas que deseo pulir 
Y aquellos caminos que deseo andar, 
Para lograr generar una estabilidad en mi capital. 
Ya lo sabemos: el dinero es rey de la tranquilidad, 
Que también se logra saciando la curiosidad 
Sobre cómo saberse desempeñar en una sociedad, 
De la cual se sabe que aún tolera la maldad.

miércoles, 8 de agosto de 2018

Para qué un título

Ansiedad. La preocupación es compañía. La curiosidad por saber del orden del mundo, a merced de la preocupación de pasar por el mismo. El trasegar por la vida como origen de la ansiedad. 

No es una narración de una crisis de ansiedad. Es una crisis de vida lo que configura el sujeto de este texto. Está perfectamente perdido entre esta combinación y encadenamiento de significantes en 2-d y percibidos en 3-d. Éste ejercicio es un vaciamiento de sentido. 

“Faltará un analista”, dirá cierta ortodoxia. Digamos que sí, pero qué hacer. Ya se ha logrado éste entendimiento que estaba bien cifrado en lo epistémico y lo idiomático. Un respetable profesor argentino, muy justamente doctorado en el campo académico, ha servido de guía, y aún así, permanece la curiosidad por concatenar todo lo que resuena. No es más que por pura ansiedad. 

Ella (denominación femenina, de nuevo), LA ansiedad, ha sido motor de vida. Con ella, se ha podido reconocer asuntos concernientes a la muerte, sentir su cercanía. Tal vez esta última hizo que la ansiedad se convirtiera en algo demasiado propio. No hay la suficiente creatividad para desembarazarse de todo lo que ella ha significado, representado. Solo se sabe que ella siempre acompaña, pero también se aprende a distanciarse de ella. Ya es más una compañera de universidad, que una amiga, por así decirlo. 

Lo que dividía la existencia en este planeta y en esta sociedad, las crisis, siempre han pasado por manos de ella. Ya no es tanto así. Se le tiene en cuenta, pero no es la única musa. Sigue la pre-ocupación, pero se aprende a priorizar aquello que merece tan dispendiosa actividad mental. 

Antes, la constante alerta por maricadas que no valían la pena. Ahora, tan solo se le tiene en cuenta para situaciones donde la vida, en efecto, corre peligro. 

Tal vez un poco tarde se toma la justa distancia. Pero, de nuevo, qué se le va a hacer... Porqué no decirlo: ¡ya pa qué hijueputas gastarle mente a eso! ¿Pillan la diferencia? Se revisa lo no hecho, para alejarse más de la ansiedad. Aún hay cosas por hacer. ¿Qué? Ni puta idea. Sobre un despertar se podría, o no, hablar después. Pero basta decir que este escrito es un intento de dar a saber sobre otro paso en el camino hacia la tranquilidad.

*

Con el equipo de carretera de los AZ
Voy coleccionando más contenidos en esta A-Z.
No para decirlos a lo Gambeta
Sí en escala boombap, a lo Fazeta
Y con la calidad de la sabiduría
Que un tal Karlitos representa.

martes, 7 de agosto de 2018

Ejercicios de ilación

El título fue algo rápido. [Esto no es un diario]. Todo esto trata de ser del orden del ensayo. No sé qué resulta siendo. 

Así de poco riguroso soy. Todo parece, en efecto, una fachada. Todavía digo que parece; aún me queda el descaro. ¿Han pensado en esa palabra? Descaro. No sé, me parece graciosa. 

Hasta acá, ni un atisbo de sonrisa, pues no soy el mejor en cuanto a humor se trata en lo escrito. Ese tipo de cosas me digo y aún así todos los días me interesa hacer sentir bien a las personas. [A veces hay que recordarse a sí mismo que esto no es un diario]. 

Lo anterior fue una irrupción. Podrá disculparse si a veces soy cansón con aventurar ciertos ejercicios, pero es la música la causante. Curiosamente no es rap; es la música de la capoeira. Sí, la que da lugar a la jinga. En un lugar donde trabajé hay varios practicantes de esta disciplina y eso que me quedo corto con dicho adjetivo. Soy un tipo que se deja enrollar fácil con compases repetitivos, podría decirse que “simples”, con sonidos rústicos pero de una calidad para mover fibras que aún trato de explicar; la sensación hace su trayecto. Hoy me quiero acercar un poco más al asunto de este párrafo, porqué no arriesgar que se puede jogar en la escritura... jinga... jinga...

Ya he dicho que hablar es un deleite. Interactuar con las personas --siempre tan complejo-- no deja de ser un maravilloso escenario para aprender cosas del mundo. Sí, arriesgo la expresión con todo lo que puede significar desde la filosofía hablar de la, una o simplemente: COSA. 

Pero hagan un rastreo en Baudelaire, cuando en alguna parte de su obra habla del “hombre de mundo”. Si lo hacen, les aseguro que sentirán cierta identificación. La potencia de ser genios está en todos. Hawkings no mentía en un programa de divulgación científica que pasaban por la televisión por cable, en el cual plantean que cualquier persona tiene la capacidad innata de ser un genio. Hay una interesante convergencia con la descripción y/o dedicatoria que hace Baudelaire sobre un tal Sr. G., con el argumento central del programa inspirado en el pensamiento del gran astrofísico británico.

Yo qué sé, trato de conectar cosas. 

Las banalidades ausentes de academicismo bien pueden valer la pena que se tengan en cuenta para esto de aventurar una escritura. Pero siento que andamos en tiempos de estructuras y procesos estandarizados --que tanto pregona cierto progresismo tecnocrático

*

No sé si dan los tiempos 
Si caen las rimas en el momento. 
Dejen que este pobre pendejo deje salir 
Lo que en verdad es un lamento.
Nada de fachadas. 
Cada vez más abierto. 
Si seguimos, la analogía sería 
Que nos iremos hundiendo
A las profundidades. 
Tal vez un poco lento. 
Que no se diga que morí 
De remordimiento 
Por no haber arriesgado 
Al menos un intento. 

[Listo... ya, ya, ¡ya!

No es un diario].

Aprender. Nunca perder la curiosidad por este mundo. Bien puede decirse que es una mierda. Eso es interesante decirlo. Todo termina reduciéndose a un asunto casi que lírico. Ver quién puede decir más sobre muchas cosas. De eso hay que cuidarse. No toda forma de comunicarse con el otro debe ser sostenida desde el escenario del debate. No obstante, es fino delimitar ese punto de saberse o no envuelto en un contexto donde el debate bien pueda tener algún sentido. No sé, para mí aún es complejo delimitar eso en ciertos instantes de la vida diaria, común y silvestre. En todo caso, escuchar al otro, oírlo, mantener curiosidad por lo que dice y acumular información (usemos esa palabra) es de verdad un aprendizaje que trato de elevar, como acto, en un arte. 

Existe la terapia psicológica, ¡obvio! Pero aún es sorprendente observar cómo el ser humano, en su desbordante complejidad, demuestra cierta disposición a buscar aquello que le haga eco de forma entonada con esa fachada que alguien osó en nombrar como el “yo”. Esto no es más que un sablazo  a ciertos dispositivos que dicen de sí mismos (!) que ayudan (!!) a calmar (!!!) los malestares que habitan (!!!!) en el ser. No habría porqué calmarlos. Bueno, tranquilizarlos bien puede ser una tarea importante, pero siempre y cuando ese “calmar” no contenga tras de sí un “¿por qué no te callas?”; así altanero a lo rey, imponente como buen amo.

Le apuesto decididamente a dejar hablar y saber hablar. O bien puedo decir, saber escuchar y dejar para hablar.

** 

Va bajando el vuelo, 
El ambiente generado por ciertos hilos grisáceos y curvados 
Ya se ha disipado. 
Es tiempo de parar. 

Está temprano. 
Bacano poderme ir a soñar 
Así a esto un diario no quiera llamar, 
Me invade la necesidad 
De tener algo para recordar. 
Sin memoria no quisiera yo terminar 
De ahí que todo lo que escucho
Quiera sistematizar
De una forma adecuada
Permitiéndome arriesgar
Palabras sueltas, pero conectadas.
Toda una batería de significantes por significar.


Amo a mi abuela: a Colombia me ayudó a acostumbrar.

sábado, 4 de agosto de 2018

Siga, viejo

Inicio esta vez con una respuesta al título, que de una u otra forma desafiaba lo que sería esta primera línea o estas palabras iniciales: Heme aquí siguiendo con la satisfacción ante la solvencia demostrada ante el reto al tiempo. 

Me permito no prestar atención a un recorrido que ya me conozco y en el que por lo general arribo a lugares donde se perpetúa lo que un sistema parece haberme insistido en presentar como el camino debido. Aún voy hacia mi empleo. Lo percibo con agrado -esta mañana le confesaba a mi amada que tal vez me he dejado condicionar más fácil- y en cierta absurda forma, laboro en un asunto que me apasiona. 

Siempre hay detalles. Quizá el ejercicio que me he planteado es no detenerme en ellos con demasiada atención, para no constatar un sobre interpretado porqué de mi estado de cosas.

Si acaso, estoy hablando en cierto código biopolítico y ético neo liberal, ¡claro está! Yo soy, en parte, eso. No he conocido otra forma o mejor dicho, no he vivido otra cosa que no suponga dicho sistema económico. Es apenas obvio que quisiera tener nada más que tiempo para dedicarme a obtener un honoris causa en ociología. Quisiera elevar eso del ocio hacia una categoría digna de todo tipo de análisis, no de tributo, como bien parece suceder en estos tiempos. 

Voy por el semáforo de la 73 con Pichincha y nos disponemos a bordear el complejo deportivo de esta ciudad. Pasan unos minutos y por eso de no-saber-pensar-para-escribir-bien, por apenas estar dominando el arte, ya vamos por la Av. Colombia (al frente del D’Lusso) y no supe adornar con palabras los logros deportivos de esta ciudad o al menos sobre eso quise escribir. ¿Casualidades? No creo mucho en ellas. Si estoy haciéndole figura a un hotel muy usado para fines coito-genitales es precisamente porque lugares como ese han marcado un momento en la vida donde el objetivo era confirmar que sí agradaba físicamente al sexo opuesto y para ello me lancé más que voluntariamente al conjuro que supone la noche, para así entender tal vez algo sobre la lógica bidireccional del coqueteo y el acceso carnal. Por esto es que descuidé todo lo que pudiera haberme significado una carrera en el campo deportivo. Las decisiones, en efecto, hacen la vida más difícil ya que no podemos librarnos de ellas. 

No digo que el bus en el que estoy escribiendo esto sea una señal de la última frase/sentencia (sentence), pero algo dice y sobre eso libero esta batería de significantes a la que no debe ser tan difícil atribuirle significado. ¿De qué se alimenta la inspiración? Al fin y al cabo es un movimiento que supone la entrada de algo que parece estar ya dentro de sí, es decir, lo que se introduce en el proceso creativo -para su ulterior y anhelado producto- es la re-significación o descripción de las memorias y/o huellas mnémicas de una vida que en cualquier momento se empezó a sentir. 

Ese sonido

De un tiempo para acá he venido deseando que el único sonido horrible 
sea el de una sirena de ambulancia.
Que su fastidioso y horrendo sonar 
solo despierte la ya sabida verdad 
de la única y anhelada llegada de la muerte: 
la natural.

Que sea el himno del cantar de Thanatos, 
quien a la larga cedió en su voluntad de facilitar la tarea por vías violentas,
concediéndole la razón a su eterno compañero Eros 
de que puede haber más fuerza en las palabras
y no en las vías de hecho.

Aún suenan y no sé qué suponen:
una mala noticia esperada
o lo espantoso de una sorpresa

con tintes de ausencia prolongada.