El “mal genio” se instala cuando de cambios se trata. Eso es algo que se convierte en un Real. Es algo que siempre sucede, que parece no despegarse. Acaso se logra mitigar el impacto del mismo con aquellas personas que sean cercanas. De estos asuntos hay que encargarse. Tal vez queda la satisfacción de estar poniendo en marcha un plan donde la meta es la independencia laboral, aunque puede ser mejor decir la independencia ante un empleo, porque lo perseguido es algo que implica cierta labor, pero de la cual el dueño sea uno mismo. Hasta acá lo anecdótico.
Cuando escribo lo hago bajo esta creencia: lo que se dice, puede o no tener conexión con todo lo que vivido. En apariencia, no parecen haber puntos de convergencia, pero el hecho de ser escrito por una persona atravesada por lo social hace que esto no pueda ser considerado como un ejercicio donde pululan palabras sueltas, sin sentido o inconexas.
Algo de histrionismo hay en esto de escribir, así sea solo bajo el supuesto de que es para sí mismo. Me parece un ejercicio delirante y el delirio es un intento de cura. Creo que esta hipótesis es aún vigente; es de gustos teóricos no aceptarla quizá. Digamos que el esposo de Martha Bernays algo logró entrever a través de ideas y ensayos clínicos estadísticamente poco significativos (guiño a los arrogantes del quantum), que se entrelazaban, quizá, en sesiones de meditabundo tabaquismo.
Rodeado por personas comprometidas con la palabra-escrita para ser dicha. Debo aprovechar eso a mi favor. Todo día es una oportunidad y todo reto es aquel que usted percibe como diatriba para lograr lo deseado. Es verdad que el reto siempre es con uno mismo. Es su posición frente al sistema -lo que esto genera en términos emocionales- lo que no se escapa a la aventura solitaria que describo. Solo cuando uno replantea las posibilidades de lo realizable en éste mundo es que comprende que la respuesta siempre ha estado en uno. Sí es un asunto de voluntad. Sí es una cuestión de fuerza. Nada de malo tiene que uno quiera un poco de justicia para sí-mismo, pues el mundo con sus leyes y dinámicas es poco amable con la potencialidad que cada quien posee para lograr un tránsito digno por ese camino llamado vida.
Yo no creo en la lucha, aunque todo indica que eso es a lo que uno está llamado. Hay artes marciales que se valen del impulso o fuerza del oponente para doblegarlo. El asunto se vuelve complejo cuando se percibe el statu quo, el sistema e incluso el devenir mundano como algo que hace oposición. Las personas que se interponen como representantes de todo esto no son en sí el adversario. Todo se reduce a una idea, a una concepción o a una cosmovisión. Contra eso es que aún me debato, pero sostengo mi tranquilidad como baluarte o máxima a no perder, o bien puede ser que esa tranquilidad es lo que busco, porque aún está perdida. La ilusión puede radicar en suponer que la tranquilidad es un estado que se obtiene y jamás deja de estar presente a partir del momento en que se la logra.
No obstante, “cuándo desapareció mi tranquilidad” es la pregunta.
The lyrics just spewed, he got good reviews
The kid made the news, how he left no clues
On how he just murdalized the whole damn jam
He just got results that's smiles and waved hands
The mission could never be accomplished, however
Until we bounce to an island with hot weather
And still we'll be able to rock and rip crowds
While other emcees say nuthin' and talk loud
While other emcees say nuthin' and talk loud
If you with the Tribe, chest out and be proud
Q-Tip (ATCQ) en Money Maker, track 17 de The Love Movement.
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